Proceso de Formación de Orina

 La orina es un líquido esencial para el mantenimiento de la homeostasis en el cuerpo humano. Gracias a la acción de los riñones y los mecanismos de micción en el ser humano, este fluído nos permite eliminar sustancias tóxicas producidas por el propio cuerpo durante el metabolismo (urea), la eyección de compuestos nocivos y tóxicos provenientes del exterior (drogas y fármacos), el mantenimiento del equilibrio electrolítico de sales en el torrente sanguíneo y una infinidad de cosas más.

Por estas razones y otras tantas, afirmamos que la cantidad, naturaleza y propiedades de la orina pueden decir mucho del estado de salud del paciente. Por ejemplo, una anuria (falta total de micción) puede deberse a obstrucciones severas del aparato urinario, una hematuria (orina con sangre) suele ser indicio de un cáncer renal o una infección grave y, por ejemplo, una proteinuria (presencia excesiva de proteínas en la orina) será un indicativo de una función renal deficiente en el paciente.

El acto de miccionar otorga muchísima información a los profesionales médicos, pues los desechos que producimos son un reflejo de lo que pasa en nuestro interior.

La unidad compleja funcional del riñón es la nefrona. En cada uno de estos órganos existen aproximadamente un millón de ellas, que a su vez contienen a los glomérulos, los lugares exactos donde se produce la depuración sanguínea. Esta red de capilares permite la filtración del plasma sanguíneo, y el 75% de ellos se encuentran en la corteza renal (parte externa del riñón).

La formación de la orina. En este proceso se pueden distinguir 4 etapas que son:

1.) Filtración. Debido a la presión dentro de los capilares sanguíneos del glomérulo sale de ellos el agua y las sustancias disueltas de bajo peso molecular, como es el ion sodio (Na+), procedente de la disolución de la sal (NaCl), la urea , la glucosa y los aminoácidos, pero no los glóbulos rojos ni las moléculas grandes como las proteínas.

Este proceso es pasivo, es decir, no requiere energía y depende exclusivamente del movimiento de la sangre que, es posible gracias a las contracciones del corazón.  El 20 o el 25% del gasto cardíaco es utilizado en la filtración glomerular por lo que la presión sanguínea en esta zona es elevada en comparación con otras áreas del cuerpo.

2.) Reabsorción de solutos. En el túbulo contorneado proximal, debido a unas proteínas especiales de la membrana de sus células, se extrae de su interior los iones sodio (Na+), la glucosa y los aminoácidos, que vuelven a la sangre, permaneciendo en su interior la urea.

3.) Reabsorción de agua. En el túbulo recto descendente de la asa de Henle, al ser permeable al agua y al ion sodio y atravesar una zona de alta salinidad, se produce la salida de agua, por un proceso llamado ósmosis, y la entrada del ion sodio.

La reabsorción tubular de agua y sales se produce a través del túbulo proximal de la nefrona que devuelve en su recorrido sustancias como el sodio (Na), el potasio (K), el cloro(Cl), la glucosa y la urea al torrente circulatorio.


4.) Segunda extracción de iones sodio y segunda reabsorción de agua. La segunda extracción de iones sodio de la orina en formación se realiza en el resto del recorrido (túbulo recto ascendente del asa de Henle, túbulo contorneado distal y túbulo colector), gracias a unas proteínas especiales de la membrana de sus células. El túbulo recto ascendente del asa de Henle es impermeable al agua pero los dos siguientes y últimos tramos sí son permeables al agua. En ellos se produce por ósmosis la segunda reabsorción de agua, con lo cual la orina en formación se concentra mucho. El resultado es que la orina final es un líquido muy rico en urea y ácido úrico, que son dos sustancias muy tóxicas para nuestro organismo.

 

Si se compara la orina y el plasma sanguíneo se observa que la orina presenta un elevado porcentaje de sustancias tóxicas (urea, ácido úrico, creatinina y amoníaco ) y en cambio la sangre presenta un elevado porcentaje de sustancia útiles (glucosa y proteínas ).

Composición de orina y plasma en %
Orina
Plasma
Agua
Urea
Ácido úrico
Creatinina
Amoníaco
Glucosa
Proteínas
Sales
95,0000
2,0000
0,0500
0,0750
0,0400
0,0000
0,0000
1,5600
90,0000
0,0300
0,0040
0,0010
0,0001
0,1000
8,0000
0,7200

 

Secreción tubular

El resto de sustancias presentes en el tubo proximal conforman la orina. Esto incluye los desechos y las sustancias presentes en exceso.  Así, la secreción tubular permite que se regulen las concentraciones de iones importantes como el potasio (K), el hidrógeno (H), el bicarbonato y la eliminación de sustancias como los medicamentos.


Una vez el filtrado glomerular pasa por la nefrona, es conducido a los cálices menores y de allí a los cálices mayores, de donde pasa a la pelvis renal, a los uréteres y luego, a la vejiga donde es almacenada hasta que sale al exterior a través de la uretra. Para que se active la sensación de orinar la vejiga debe alcanzar cierto nivel de llenura, de modo que desencadena el reflejo de micción. Este reflejo es regulado por el sistema nervioso autónomo, pero controlado a voluntad por la persona a partir de sus dos años de vida, cuando se vuelve un acto consciente.  Cuando los riñones no desempeñan su labor en forma eficiente es necesario recurrir a la diálisis, proceso artificial de filtración que evita la intoxicación del organismo.



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